NATALIA PALACIOS (1837 - LA PAZ- 1918)
|
|
LA ROSA |
|
Bella flor alejandrina y |
peregrina, que al aura |
blanca remece, y en tu |
cáliz aparece una gota |
cristalina. |
|
Es tu aroma delicado y |
perfumado, el suave ambiente |
que exhalas, pura ostentando |
tus galas, descollando en verde |
prado. |
|
Su ambrosía en el calor |
el picaflor y la mariposa |
beben; sus áurea alas |
embeben de tu arbusto |
alrededor. |
|
Sonrosado tu capullo, al |
dulce arrullo del agua se |
abre y florece ; él tus hojas |
reverdece y te aduerme su |
murmullo. |
|
La madreselva aromada |
vive enlazada hacia tu |
tallo, se aprieta. |
|
También modesta violeta |
tu pie besa enamorada. |
|
Tímido el junco te |
nombra; su fresco sombra |
te da el pino majestuoso, y |
el musgo fino y vistoso te |
sirve de rica alfombra. |
|
Qué feliz, sin pena, vives; |
grata recibes la brisa de la |
mañana; siempre gentil y |
lozana nunca el dolor |
apercibes. |
|
Jamás de invierno inhumano |
el soplo vano te marchite ni |
deshoje, ni tu belleza |
despoje, oh, rosal, con dura |
mano. |