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La revolución del hipertexto
y las ediciones genéticas
Élida Lois
Investigadora del instituto de Filología y
de Literaturas Hispánicas Amado Alonso. Universidad de Buenos Aires. Argentina
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Actualmente, estoy trabajando en
el traslado al soporte electrónico de la edición crítico-genética anotada de Don
Segundo Sombra, de Ricardo Güiraldes, que realicé para la Colección Archivos en
soporte-papel.[1]
En el traspaso de un soporte a otro, lo primero
que se advierte es que el resultado emergente no es simplemente una traducción
de un medio comunicativo a otro, no es tan sólo el traslado de un caudal de información
vehiculizado en soporte papel a otro soporte que permite un mayor almacenamiento y agiliza
el manejo de ese material. |

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Pero, para apreciar los alcances
de esta transformación, es necesario tomar en cuenta las características de la
Colección Archivos en soporte-papel.
En el marco del Programa internacional
«Salvaguarda de la memoria escrita latinoamericana del Siglo XX», la Asociación
Archivos de la literatura latinoamericana, del Caribe y africana del siglo XX
—con sede en la Universidad de París X y ONG de la UNESCO— edita la Colección
Archivos, dirigida por Amos Segala (directeur de recherche emérito del CNRS). La
colección es la manifestación editorial de un proyecto internacional e intercontinental
multidisciplinario patrocinado por los gobiernos de España, Francia, Italia y Portugal
—en lo que concierne a Europa—, y Argentina, Brasil, Cuba, Guatemala y México.
Con estos patrocinios, se establecieron acuerdos orgánicos con instituciones científicas
de esos países: el CSIC de Madrid, CNRS de París, el Consiglio Nazionale delle
Ricerche de Roma, el Instituto Camõens, el Instituto de Filología Hispánica Amado
Alonso de la Universidad de Buenos Aires, el CNPQ y el IEB de la Universidad de San
Pablo y la UNAM. A partir del Congreso fundacional —celebrado en París en
1983—, se inició un proyecto cultural permanentemente consensuado por los
representantes de los países miembros, cuya expresión material son los 28 volúmenes ya
publicados. |

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El punto de arranque fue la
voluntad de reconstruir, en ese marco, el canon de la literatura latinoamericana del siglo
XX, y sobre la base de esa reconstrucción, construir a la vez, paralelamente, un
canon crítico, representado por un modelo abarcador que se propone dar cuenta del proceso
de escritura de un texto (crítica genética), registrarlo en su presunto estadio final
(crítica filológica) y analizar su armado y su recepción en el marco de un proceso
histórico-cultural (crítica literaria y sociológica). En esa búsqueda de un modelo
abarcador confluyen filólogos, geneticistas textuales, lingüistas, críticos literarios
y culturales, historiadores, sociólogos, antropólogos y otros estudiosos del campo de la
cultura.
Desde esta óptica, se proponen varios recorridos
fundamentales por el interior del texto y en torno de él. El viaje por el cuerpo de cada
obra no se limita a la fijación textual, busca la intimidad con el proceso de creación
introduciéndose en el taller de escritura del autor a través del análisis de todo el
material pre-redaccional y pre-textual que sea posible recopilar; en este terreno, a la
labor del filólogo se suma la del geneticista textual, cuyas aportaciones se vuelven
fundamentales a la hora de estudiar la intencionalidad de las búsquedas literarias y los
procesos ideológicos subyacentes. |

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Un segundo recorrido recubre la
circunstancia de la obra y del autor, es decir, por una parte la génesis externa del
texto dentro de la trayectoria del autor, y por otra, la biografía del autor en relación
con los tiempos y lugares de producción de la obra; este acopio informativo se proyecta
en la anotación explicativa que, juntamente con un glosario, facilita una primera lectura
comprensiva. La tercera vía de acceso está representada por la presentación de las
«lecturas del texto» que comprende tanto las que se solicitaron expresamente para la
edición como las que constituyeron las marcas más representativas de su impacto en el
campo cultural.
Así, los 28 volúmenes publicados se ofrecen
como una enciclopedia lingüística, literaria y cultural en soporte-papel. En el caso de Don
Segundo Sombra —segundo volúmen de la Colección—, edité junto con el
texto un voluminoso material pre-textual (esquemas, apuntes, fragmentos desechados, restos
del primer borrador, manuscritos autógrafos, una copia dactilografiada con enmiendas de
puño y letra del autor, pruebas de imprenta corregidas por él al igual que dos
ejemplares de la primera edición). El exámen de esta nutrida recopilación genética
permite observar el proceso de producción de sentido de una obra que instauró un mito de
identidad nacional y revela estrategias de discurso y mecanismos mitificadores. |

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En 1996 —después de que la
Asociación Archivos firmase un convenio con la Universidad Nacional Autónoma de
México—, en el Laboratorio Multimedios de la Dirección General de Servicios de
Cómputo Académico de la UNAM —cuya jefa es Teresa Vázquez Mantecón— se
elaboraron tres prototipos Archivos-Cd-rom que acaban de obtener un Premio IAMS
(segundo puesto), otorgado por la International Association for the Media in Science,
cuya sede se encuentra en París. Uno de esos tres prototipos modeliza mi propuesta de
edición crítico-genética anotada en soporte electrónico de Don Segundo Sombra y
el diseño del programa fue realizado por la matemática Sylviane Levy. Los otros
prototipos contienen las propuestas elaboradas para Toda la obra de Juan Rulfo y la
Poesía de Carlos Pellicer.
Como se ha dicho, en el traspaso al soporte
electrónico, lo primero que se advierte es que el resultado emergente no es simplemente
una traducción de un medio comunicativo a otro que permite un mayor almacenamiento y
agiliza el manejo del material. La edición en soporte-papel proporciona un apreciable
caudal de datos, pero la edición en soporte electrónico —además de ampliar
considerablemente el volumen de información— ofrece promisorias herramientas de
investigación.
Particularmente, de la posibilidad de
interrelacionar datos de diversa índole surgen vías de acceso a nueva información y, a
veces, verdaderos hallazgos; por otra parte, se suma la posibilidad de contrastar
información. Así, al poder manipular velozmente un proceso del tipo
invención-contrastación, el estudioso se encuentra ante instrumentos que están, sin
duda, destinados a marcar un punto de inflexión en la investigación científica. |

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Por otra parte, analizando las
maquetas de navegación intratextual e intertextual propuestas, y el prototipo elaborado
sobre esas líneas, puede observarse cómo las convergencias de campos de saber
aparentemente divorciados, como los de la teoría literaria y la informática, constituyen
un indicio más de ese cambio de paradigma que viene observándose en el epistéme
contemporáneo, ya que en las ediciones electrónicas en multimedios se multiplican
las posibilidades de sustituir las tradicionales nociones de linealidad, centro, margen y
jerarquía por las de multilinealidad, nodos, nexos y redes.[2]
Las ventajas para una aproximación hermenéutica
que brindan las ediciones Cd-rom en multimedios resultan de las características
específicas del soporte electrónico. El texto puede leerse linealmente y puede ser
tratado como columna vertebral de la producción en multimedios, pero a esa estructura
lineal se le suman redes de vínculos hipertextuales que permiten —a través de
colores, íconos o siglas— remisiones directas o encadenadas a otras partes del texto
o a otros bloques informativos, sean estos palabras escritas, imágenes o sonidos. De este
modo, los tres recorridos que analizábamos en las ediciones en soporte-papel se
enriquecen y se transforman. |

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En lo que se refiere a la
navegación intratextual, pueden establecerse conexiones y evaluaciones en un grado no
permitido por el soporte-papel: la navegación puede hacerse de un modo exhaustivo y
sistemático que multiplica las posibilidades de relacionar y evaluar información. Con
respecto a la navegación contextual, no me demoro en reseñar aportes cuantitativos y
cualitativos porque es el aspecto más divulgado a través de productos que ya circulan
ampliamente; sólo destaco que en un repertorio diseñado por especialistas en estudios
culturales se ha puesto especial cuidado en evitar toda ilustración que no sea pertinente
y funcional.
Por último, en la navegación pos-textual,
pueden recorrerse no sólo las lecturas críticas más significativas y la bibliografía
completa sino también las traducciones, y esas peculiares lecturas-recreaciones
representadas por las versiones teatrales o cinematográficas, así como las ilustraciones
plásticas o musicales que el texto y los pos-textos han generado.
Pero es el papel de la lengua en este nuevo
escenario lo que interesa fundamentalmente en el marco de este encuentro. A través del
entrecruzamiento de funciones que permiten recopilar, describir, analizar, relacionar y
clasificar una considerable masa de información, se observa que la lengua, en lugar de
sufrir menoscabo, puede llegar a adquirir un dinamismo y una ductilidad acordes con las
potencialidades de los novedosos instrumentos tecnológicos. Los iconos y los gráficos
pueden pautar, dar breves instrucciones y colaborar en las sistematizaciones veloces, pero
sólo la lengua puede «conceptualizar». |

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Es cierto que la circulación en
soporte electrónico, los multimedios y el multiventanaje imponen pautas
topográficas y posibilidades asociativas tan notables, que no sólo la morfosintáxis
acusa el impacto: pero la capacidad de referenciar y conceptualizar que ningún artefacto
de formalización ha podido jamás arrebatar a las lenguas naturales se potencia de modo
insospechado. El lenguaje escrito secundado por voz humana, sonidos e imágenes de
distintos tipos se concentra en sus finalidades específicas. No sólo destaca más
nítidamente las diferentes funciones de la comunicación verbal (representa, expresa,
apela y halla nuevas vías para volverse sobre sí mismo), exigido al máximo, puede
explotar todos los lectos, registros y matices a la par que amplía y afina su capacidad
metalingüística.
Las potencialidades de afinamiento
metalingüístico pueden observarse, particularmente, en la propuesta para el Glosario
que se editará junto con el texto de la novela. El lector podrá remontarse desde un
vocablo o un sintagma hasta su especificación semántica en diferentes etapas de
explicitación (según los intereses y/o capacidades del usuario):
— en un primer tiempo, se aporta una primera
definición (para aclarar el sentido de un pasaje y continuar la lectura),
— la definición va acompañada de
ilustración gráfica (dibujo, fotografía y, en algunos, casos vídeo), |

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— se añaden ejemplos de uso
escritos, pero acompañados de la audición de realizaciones orales de hablantes nativos
(en el caso de la obra en que trabajo, a pesar de la lejanía del período que
contextualiza la obra, deseché la opción de elegir actores profesionales y preferí
reunir un conjunto de ancianos de San Antonio de Areco que aportan la representación
lingüística más aproximada al dialecto rural pampeano entre 1886-1926, lapso de vida de
Ricardo Güiraldes),
— por último, pueden encontrarse
explicaciones lingüísticas de diverso orden (históricas, dialectológicas,
sociolingüísticas, estilísticas, semánticas, gramaticales, fonéticas) acompañadas
también de glosario (toda la terminología técnica va acompañada de definiciones) y
comentarios, que pueden ser requeridos por quien los solicite).
El mismo procedimiento de administración
escalonada de la información se aplica para el registro de variantes textuales, para las
traducciones del texto (al francés, al portugués, al italiano, al inglés y al alemán)
y para la anotación explicativa (genética, literaria, histórica y cultural). |

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Hasta el presente, yo he
explorado en particular el funcionamiento editorial del concepto de hipertexto en el
procesamiento de génesis de escritura, porque se trata del campo en el que se han venido
centrando mis investigaciones personales; pero es evidente que las posibilidades de
interrelacionar datos y funciones se magnifican cuando se desea vincular un texto con las
circunstancias de su producción y de su recepción. Por otra parte, ninguna edición en
soporte-papel lograría restituir el espacio, el tiempo y la atmósfera de la creación
como las referencias visuales, sonoras y espectaculares convocadas a esos efectos en la
edición electrónica.
Con esto no quiero proclamar una despedida del
libro en soporte-papel. Ese objeto que significó un hito trascendental en la historia de
la cultura cuando, al sustituir al rollo, cambió la relación escritor-lector de manera
sustancial: la estrechó al facilitarla, pero al mismo tiempo acentuó su capacidad
dialógica al promover la anotación marginal.
El libro permite, además, centrar el objeto
textual y aprehenderlo a través de una linealidad que provoca una captación global simplificada
pero imprescindible antes de volver a la carga con relecturas analíticas. El objeto
cultural específico que llamamos «literatura» y que como todo fenómeno comunicativo es
de naturaleza histórica y social, en tanto que objeto estético; y, tal como la
concebimos todavía hoy —a despecho de décadas de experimentación
vanguardista—, sigue siendo un diálogo vehiculizado fundamentalmente por el
soporte-papel. El soporte electrónico es un recurso que crea otras posibilidades y que
aquí examino como instrumento de análisis y de conocimiento, pero esas posibilidades
también seguirán desarrollándose y consolidarán, no cabe duda, nuevas prácticas
estéticas. |

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Retomando mi tema específico,
paso a referirme a las ediciones genéticas en soporte electrónico.
De las ediciones genéticas en soporte
electrónico a las enciclopedias lingüístico-literarias: su función como herramientas
de investigación
La crítica genética ha redescubierto el
objeto-escritura exhibiéndolo como un conjunto de procesos recursivos que desarticulan la
linealidad del lenguaje (tal como se desenvuelve en la oralidad y en la representación
gráfica ordinaria). Por su parte, el hipertexto constituye per se un modo de
edición al servicio de un discurso no secuencial. Y con respecto a la problemática de la
edición de procesos de escritura, la informática soluciona problemas que parecían
irresolubles en el nivel de la industria editorial, y las innovaciones reproducen
—sorprendentemente— los resultados de otro tipo de reflexión teórica producida
de modo independiente en otros dominios. |

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Pensemos, por ejemplo, en la
noción de hipertexto elaborada por Gérard Genette[3], que designa una serie de obras literarias relacionadas entre
ellas por lazos de parentesco o de filiación y a su vez conectadas con un modelo común
llamado hipotexto, del cual derivan todas. El principio de configuración de
distintos programas de procesamiento hipertextual no es diferente, se basa también en una
noción de hipertexto (esta vez el de la informática), que no es otro que un archivo
múltiple, flexible y maleable de cierto número de textos. Así resulta posible reagrupar
en la memoria de la computadora una serie de documentos ligados entre ellos por cierto
número de relaciones, por rasgos de semejanza o de diferencia.
Cae por su peso la importancia que tiene este
dispositivo para la investigación de la genética textual. La totalidad del material
genético es, en este caso, un hipertexto, un conjunto de documentos todos disponibles
dentro de la memoria de la computadora y activables sobre la pantalla con el objeto de
reconstruir la dinámica misma de la escritura, el movimiento que ninguna edición en
papel puede reproducir. |

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Una vez archivada la
información, se la puede hacer circular en todas las direcciones imaginables. Se puede
hacer desfilar en orden cronológico todas las etapas escriturales de un pasaje, o
comparar un bosquejo con su textualización o la primera redacción de un pasaje con la
última, o cotejar la fase A con la fase B, o desplegar el abanico completo de una
génesis, o reunir todas las ocurrencias de una palabra-clave para observar sus contextos.
Además, es posible incorporar a la pantalla información extratextual adicional:
peritextos, adaptaciones, traducciones, paratexto y epitextos (por ejemplo, comentarios
del propio autor o de terceros), etc.
A estas posibilidades, ya de por sí cuantiosas,
se añaden otras aportaciones de la informática: las ediciones en multimedios. En ellas
no se trata tan sólo de reproducir textos, también es posible reproducir imágenes y
sonido. Así, es posible escanear los facsimilares y agregarles las transcripciones y los
comentarios genéticos (y en el caso de piezas teatrales, por ejemplo, desplegar junto con
los libretos corregidos por el autor, la imagen y el sonido de representaciones sucesivas
y muchas otras posibilidades que hoy ya no son utopías). |

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De este modo, asignando un nombre
a cada fase genética e identificando cada testimonio de esa fase con un índice
numérico-cronológico, es posible traerlos inmediatamente en el orden que se desee. El
mismo tipo de recurso se utiliza cuando se trata de una nota al margen, un agregado
ulterior, un título de capítulo, una pasada en limpio autógrafa o apógrafa, un
dactiloscrito, un original, una prueba de página, etc. En suma, hace falta inventariar
los diversos elementos y asignarlos a una clase si se los quiere recuperar de inmediato.
Por último, los procesadores hipertextuales
aportan otra novedad técnica, el multiventanaje, es decir, la posibilidad de
subdividir la pantalla en varias "ventanas" por las cuales se puede hacer
aparecer simultáneamente cierto tipo de información (por ejemplo, por una ventana puede
aparecer un incipit en facsimilar, por una segunda ventana puede leerse su
transcripción y por una tercera el comentario del editor, o por medio de x
ventanas es posible confrontar x estadios de un borrador, etc.[4] Así, a la representación espacial en dos
dimensiones se le puede agregar una tercera: la del tiempo. |

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Esta representación de la
dimensión temporal es primordial para los estudios genéticos, es su objeto de análisis:
de allí que las ediciones electrónicas, al abrir la posibilidad de representar imágenes
dinámicas de la escritura, se ofrezcan como las ediciones genéticas del futuro.
Es entonces la infraestructura oculta de una red
lo que permite recorrer libremente el material, establecer todas las confrontaciones
posibles, ya sea sintagmáticamente, siguiendo el hilo del texto, ya sea
paradigmáticamente, agrupando todas las reformulaciones sucesivas de una misma unidad de
contenido. Aquí se siguen utilizando las aportaciones primeras de la informática: las
concordancias y las estadísticas lexicales, los repertorios de palabras suprimidas,
agregadas, sometidas a reescritura o dejadas en alternancias no resueltas).
De todas maneras, estos dos parámetros citados
—los dos cortes hasta ahora tradicionales en los estudios lingüísticos: el enfoque
sintagmático, el que examina la linealidad de las ocurrencias presentes, y el análisis
paradigmático que remite unidades y secuencias a una organización subyacente—
resultan insuficientes para caracterizar toda la gama de relaciones que se establecen en
el interior del hipertexto. |

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En el caso de la ya enorme masa
documental analizada por la crítica genética, la escritura se exhibe como un conjunto de
procesos recursivos en los que escritura y lectura entablan un juego dialéctico sostenido
que rompe con la ilusión de una marcha unidireccional: «escritura» resulta ser
sinónimo de «reescritura». La escritura analizada se ofrece como una combinatoria de
operaciones múltiples y heterogéneas: sustituciones verticales, retrocesos,
desplazamientos, expansiones, yuxtaposiciones, interpolaciones, reducciones, supresiones,
interrupciones, conexiones, desgajamientos e intersecciones. Las distintas operaciones se
entrecruzan a través de los ejes del sintagma y del paradigma, a la par que relaciones
oblicuas que las encadenan y las desvinculan continuamente revelan la insuficiencia de los
dos ejes consabidos.
La linealidad del lenguaje, directamente
aprehensible en la cadena sonora y en la materialidad de los renglones impresos, se
desarticula en la escritura. El procedimiento seguido por el análisis del discurso
mantenía básicamente las tradicionales etapas de orden de raigambre filológica
(formación del corpus, descripción e interpretación), e inclusive para
configurar isotopías discontinuas, imponía a cada lectura la dirección general de la
linealidad. Pero la génesis de la escritura, con sus fluctuaciones, sus zigzagueos y sus
círculos, requiere un análisis particularmente complejo: impone una nueva serie de
variables perceptivas y un nuevo vocabulario de descripción y conceptualización, y se
enfrenta con la tarea de construir dispositivos paradójicos que permitan acompañar la
movilidad constante del objeto analizado. |

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Ante un material donde los
niveles de análisis parecen negarse a ser integrados en una estructura lógica unitaria,
ante la imposibilidad de armar un edificio progresivamente deductivo, Louis Hay —uno
de los principales teorizadores del geneticismo francés— ha propuesto una
dialéctica de base empírica: observar cómo impulsan la progresión de la escritura una
serie de parejas de opuestos: «cálculos» vs. «pulsiones del autor», «realizaciones
previsibles» vs. «restricciones, códigos estructurados del pensamiento y de la
expresión» vs. «accidentes que los trastornan».[5]
Esta dialéctica busca corresponderse con la
dinámica relativista y polifacética de la realidad estudiada, y despeja el camino para
proponer interpretaciones que integren la producción literaria con el flujo de la
historia cultural. La serie de polaridades se relaciona con oposiciones del tipo
«conservación» vs. «innovación» (con sus matices «alimentación» vs.
«obstrucción» o «acatamiento» vs. «subversión»), o del tipo «socialidad» vs.
«individualidad», que trascienden a todo el campo de la producción cultural. |

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Se trata de procedimientos
dialécticos antidogmáticos que buscan registrar objetivamente la dinámica de los
fenómenos estudiados. Siguiendo una trayectoria analítica e inductiva, los geneticistas
—al enfocar la problemática de la escritura en toda su amplitud y en toda su
complejidad, desde sus soportes materiales hasta sus procesos de textualización— van
conformando un campo finito de objetos, signos y discursos catalogables en niveles
diversos. Su dialéctica destruye conceptos cristalizados (como el de la «linealidad» de
la escritura, o el de la «fijación» del texto —enfocado como un universo
«cerrado»—), y destierra oposiciones rígidas. Ni siquiera la oposición «la
escritura» vs. «lo escrito» (que permite acotar el campo de una nueva disciplina, la
«poética de la escritura») se define en terminos de pareja de inconciliables: la
índole paradojal de la escritura revela que la memoria de los signos se inscribe en el
tiempo de un modo estable y plástico a la vez, y atraviesa en tensión el espacio.
Por último, a medida que se acumulen las
investigaciones de este tipo, sobre esta base podrá encararse el paso de la arqueología
de los documentos al nivel de la historia de la práctica de la escritura para acceder
así a una visión de conjunto de las condiciones de la producción literaria y, en
última instancia, de toda la producción intelectual[6].
Así, en la interrelación del campo de la escritura con el campo del proceso cultural
global, será posible estudiar la alternancia de predominios entre la producción cultural
oral y la escrita en la historia de la cultura; mostrar por qué cada época tiene su modo
de escribir —lo que implica una contextualización a la vez técnica e intelectual de
la escritura—; descubrir cómo el concepto de «virtualidad» del texto entra en un
juego de constantes y variables que atraviesa los tiempos y los espacios culturales, desde
el diálogo del manuscrito medieval con las glosas de sus márgenes hasta el hipertexto
con el que la informática nos ha sacudido en este fin de milenio. |

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En suma, procurando sistematizar
lo multifacético y heterogéneo dentro de un campo acotado, pero sin renunciar totalmente
a una vocación de globalidad, la crítica genética —concebida en estos
términos— recorre los resortes de una dinámica específica —la de la
escritura— y trata de establecer su interrelación con otras dinámicas productivas.
En tanto las tensiones de ese campo específico admitan una vinculación lógica e
histórica con las observadas en otros campos, el geneticismo abre un camino para
replantear la problemática de la existencia de algún tipo de «homología» estructural
y/o funcional entre los distintos sistemas simbólicos. Pero al mismo tiempo, revela que
esas homologías se arman y se desarman perpetuamente; para el texto cultural cabe la
misma caracterización que Jorge Luis Borges halló para el texto literario en «Las
versiones homéricas»: «... no puede haber sino borradores. El concepto de texto
definitivo no corresponde sino a la religión o al cansancio».
Es indudable que sólo el soporte electrónico
permite una tarea de registro, organización, interrelación y análisis de datos que
desemboca en la «construcción» de un nuevo tipo de enciclopedias
lingüístico-literarias y en la creación de revolucionarias herramientas de trabajo. |

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Ahora bien, el conjunto hoy
disponible de ediciones literarias multimedios no se ofrece, precisamente, como un
repertorio útil. Pienso, por ejemplo, en algunos productos de amplia circulación
(generalmente recopilaciones destinadas a la divulgación amplia de informaciones
generales), donde una especie de «caleidoscopio» multimedios permite sospechar el futuro
promisorio de ese canal comunicativo pero no alcanza a ocultar la banalidad (cuando no los
más flagrantes errores de información, las herejías lingüísticas y la más absoluta
falta de criterios claros).
El exámen de la gran mayoría de Cd-rom que hoy
inundan el mercado podría hacer pensar que Roger Chartier se equivoca al afirmar que el
procesador hipertextual representa la más impresionante revolución cultural conocida. Yo
creo que, simplemente, estamos en los comienzos de algo sorprendente: la proyección
sistemática hacia una intertextualidad universal, es decir, la posibilidad de
internarse en un jardín de senderos que se bifurcan ad infinitum, posibilidad que
constituye, sin duda alguna, un reto fascinante. Pero esto sin olvidar que, si bien la
primera tarea —la que se está emprendiendo—, es diseñar un mapa de navegación
por esa Babel intertextual, la segunda es aprender a usar ese instrumental para poder
llegar a nuevas tierras. |

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NOTAS: |
1.
Lois, Élida, "Establecimiento del texto y notas" y "Estudio
filológico preliminar", en GüIRALDES, Ricardo, Don Segundo Sombra. Volumen
coordinado por Paul Verdevoye, París-Madrid, Colección Archivos, 1988, pp. XXIII-LXV,
a-b y 1-127 (2da. ed. corregida y aumentada, 1996).
2. Véase Landow,
George P., Hipertext. The convergence of contemporary crítical theory and technology,
Baltimore-Londres, The Johns Hopkins University Press, 1992. [Hay traducción española: Hipertexto.
La convergencia de la teoría crítica contemporánea y la tecnología,
Barcelona-Buenos Aires, Paidós, 1995.] 
3. Véase Genette,
Gérard, Palimpsestes. La littérature au second degré, Paris, Éditions du Seuil,
1982, pp. 7-14. |
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4.
En el prototipo de Don Segundo Sombra de Ricardo Güiraldes, no se confrontan más
de dos fases por vez debido a que el volumen del material de génesis volvía imposible el
despliegue de todos los estadios escriturales en pantalla. Pero el principio binario con
el que se han organizado los cotejos permite recorrer todo el tiempo escritural y facilita
su análisis. Por otra parte, las variantes se representan siguiendo la dinámica de la
escritura: tachaduras, sustituciones, agregados, reordenamientos, etc.
5. Véase Hay,
Louis, "L'écrit et l'imprimé", en HAY, L., editor, De la lettre au livre.
Sémiotique des manuscrits littéraires, Paris, Éd. du CNRS, 1989, pp. 7-34. Véanse,
también, LOIS, Élida, "Louis Hay y la memoria de los signos. El movimiento de la
escritura y las tensiones del proceso cultural", en Manuscrítica (São
Paulo), 5, 1995, pp. 17-20.; Filología (Instituto Amado Alonso, Universidad de
Buenos Aires) XXVII, 1-2, "Crítica genética" (volumen monográfico preparado
por Élida Lois).
6. Véase Hay,
Louis, "L'écriture vive", en HAY, L., editor Les manuscrits des écrivains,
Paris, CNRS-Éditions Hachette, 1993, pp. 10-33. |
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